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"Cuando las mariposas del alma baten sus alas" en LABoral Centro de Arte

Las claves que relacionan arte, neurotecnología, inteligencia artificial y robótica, protagonistas de la exposición "Cuando las mariposas del alma baten sus alas" en LABoral Centro de Arte

Rueda de prensa digital: 27 de noviembre a las 11 h.

Inauguración de la exposición: 27 de noviembre por la tarde.

 

¿Cuál es el potencial de las obras de arte que utilizan neurotecnología, robótica o inteligencia artificial? ¿Qué puede evocar el arte a la comprensión del cerebro y de la mente? ¿Qué aporta a la percepción, al pensamiento, a las emociones o a las inteligencias múltiples humanas y artificiales?

La exposición Cuando las mariposas del alma baten sus alas, que se inaugura en LABoral Centro de Arte (Gijón) el próximo 27 de noviembre, trata de acercarnos desde el arte a algunas de las expectativas e interrogantes planteados por la neurociencia y la inteligencia artificial.

Protagonistas de esta exposición son las neuronas, o dicho de forma poética, las mariposas del alma. Se trata de un término acuñado por Santiago Ramón y Cajal, al referirse a ellas como unas de las células más delicadas de la naturaleza. Ya entonces se preguntaba, si su batir de alas esclarecerá algún día el secreto de la vida mental[1]. Ha pasado casi un siglo de aquellas palabras de Cajal. Hoy, la revelación de este misterio se ha convertido en uno de los mayores retos de la comunidad científica internacional. Mientras unos se dedican a descifrar el mapa neuronal del cerebro desde distintos ámbitos de la neurociencia, otros desarrollan nuevos tipos de redes neuronales artificiales desde las matemáticas y la computación.

Precisamente, en la confluencia de los avances científicos centrados en la cartografía de nuestro hardware - llamado cerebro -, y de la inteligencia artificial relacionada con el software cognitivo - denominado mente-, se centra la actual propuesta expositiva Cuando las mariposas del alma baten sus alas.

Inspirada en las observaciones de Ramón y Cajal, esta exposición une arte, ciencia y tecnología para acercar a un amplio público a relatos, imaginarios e interrogantes, relacionados con los conocimientos actuales del cerebro y de la mente.

A través de vídeos, fotografías, instalaciones interactivas y acciones participativas, diecisiete propuestas de catorce artistas y colectivos de ámbito nacional e internacional nos acercan a la caja negra del encéfalo para explorar la magnitud y potencialidad de los paisajes neuronales, sus cambiantes conexiones sinápticas e impacto en relación a nosotros mismos y a nuestro entorno. Explorando, a su vez, el ámbito de los algoritmos de la inteligencia artificial, algunas obras permiten experimentar distintos procesos y conocimientos relacionados con la percepción, la inteligencia, el aprendizaje o la memoria. 

Muchas de las instalaciones expuestas son fruto de la colaboración entre artistas, ingenieros y científicos de diferentes ámbitos. En ellas, los artistas usan tecnologías, datos y aplicaciones informáticas y neurotecnológicas para visibilizar qué ocurre cuando las mariposas del alma baten sus alas. Sus obras visibilizan procesos vinculados a la emoción, al pensamiento o a la comunicación. Para ello, los y las artistas también trabajan con herramientas robóticas y algoritmos de inteligencia artificial, cuestionando el impacto de su uso en nuestra manera de concebir, percibir y relacionarnos con el mundo que nos rodea.

Cuando las mariposas del alma baten sus alas ha contado con el asesoramiento científico y la colaboración interdisciplinar del Centro de Inteligencia Artificial AIC y del Instituto de Neurociencia INEUROPA de la Universidad de Oviedo. Su producción ha sido posible gracias a la cofinanciación del programa Europa Creativa de la Unión Europea a través de dos proyectos de cooperación transnacional de gran escala como son, el ARTificial Intelligence Lab. AILAB (https://ars.electronica.art/ailab/en/) y Studiotopia. Art & Science & Anthropocene (https://www.studiotopia.eu/) de los cuales LABoral Centro de Arte y Creación Industrial forma parte.

 

Un recorrido por la exposición

Al entrar en la exposición, el visitante atraviesa una inmensa red neuronal en forma de 80kg de cables reciclados. Esta inmersión pretende transmitir, de forma metafórica, la verdadera magnitud de un tejido, cuya longitud real alcanzaría la distancia entre la Tierra y el Sol (Daniel Canogar) y cuya totalidad de 100.000 millones de neuronas supera a la cantidad de humanos que habitan el planeta. Mientras en la primera instalación se visibiliza el carácter eléctrico de comunicación entre neuronas, la siguiente revela el potencial creativo de la actividad neuronal in vitro (Guy Ben-Ary).

En estas obras, los artistas no solo trabajan con medios digitales e interactivos, con ordenadores y en soporte fotográfico, audiovisual, sonoro o a través de acciones performativas. En los trabajos también se emplean sensores electroencefalográficos (EEG), robots, tejidos neuronales, y distintos tipos de redes neuronales artificiales, es decir programas matemáticos de inteligencia artificial.

 

Algunos utilizan las señales de su propio cerebro, producidos por sus estados anímicos y mentales, para visualizar estos patrones en la superficie del agua (Lisa Park); para manipular los movimientos de una escultura robótica (Emanuel Gollob) o para generar un paisaje visual y sonoro a partir de afectos individuales y colectivos (Lancel/Maat).

Otros entrenan distintos tipos de inteligencias artificiales para visibilizar procesos de aprendizaje y comunicación (Birk Schmithüsen ó Justine Emard), para investigar la memoria y las capacidades predictivas de la Inteligencia Artificial (Clara Boj & Diego Díaz) o de los algoritmos matemáticos (Ursula Damm ó Mario Klingemann).

La distinción entre inteligencias múltiples también es un aspecto visible en esta exposición. Desde la más primitiva, relacionada con los estados emocionales de la supervivencia (Marco Donnarumma), hasta la de carácter corporal y cinestésica (Justine Emard). La muestra permitirá a los visitantes experimentar igualmente el impacto de la conciencia colectiva en la transformación de la materia, a través de las distintas prótesis culturales en una instalación inmersiva de nueva producción (Laramascoto).

Algunas obras también ponen en evidencia alteraciones y patologías de las actividades mentales que pueden afectar la percepción o la memoria (Miguel Ángel Rego), la hiperactividad (Emanuel Gollob) o las derivadas de la propia relación entre seres humanos y máquinas (Marco Donnarumma).

 

Otros trabajos plantean, además, que la percepción y el procesamiento de información no solo es una posibilidad de la mente humana o de la máquina, sino también de otros seres vivos (María Castellanos & Alberto Valverde).

Comisaria: Karin Ohlenschläger

 

Artistas: Guy Ben-Ary, Clara Boj & Diego Díaz, Daniel Canogar, María Castellanos & Alberto Valverde, Ursula Damm, Marco Donnarumma, Justine Emard, Emanuel Gollob, Mario Klingemann, Lancel/Maat, Laramascoto, Lisa Park, Miguel Ángel Rego, Birk Schmithüsen

Diseño gráfico: Pasajero37

Diseño espacial: Juan Jareño

 

[1] [1] Cita completa: Es que, realmente, dejando aparte los halagos del amor propio, el jardín de la neurología brinda al investigador espectáculos cautivadores y emociones artísticas incomparables. En él hallaron, al fin, mis instintos estéticos plena satisfacción. ¡Como el entomólogo a caza de mariposas de vistosos matices, mi atención perseguía, en el vergel de la substancia gris, células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental! Fuente: Santiago Ramón y Cajal, Recuerdos de mi vida, 1923. Publicado en https://cvc.cervantes.es/ciencia/cajal/cajal_recuerdos/recuerdos/labor_07.htm