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La Provincia. Diario de las Palmas: "¿Un Museo Canario del Turismo?"

Gestores culturales y turísticos debaten sobre los beneficios de la relación entre ambos mundos y hacen valer la capacidad transformadora e innovadora del arte en el I Campus de Arte y Turismo.

‘Bentidos museos’, dibujo de Cristobal Fortúnez del blog ‘Fauna Mongola’, incluido por Eloy Fernández en su presentación ‘Turistas de sí-mismos y no lugreños’.

 

Nada hay más habitual al hablar de turismo que vincularlo a cualquier otro concepto con el que quepa establecer alguna complicidad. Las combinaciones son tantas como compleja y variada es, en sí, dicha actividad: Turismo y Territorio; Turismo y Naturaleza; Turismo y Empleo; Turismo y Deportes; Turismo y Salud... Raro es, sin embargo, recurrir al binomio Turismo y Arte. Como mucho se empareja al Turismo con la Cultura, concebida ésta como una amalgama de expresiones y propuestas que van de la organización de un evento, festival, acto o exposición a las ofertas gastronómica, arqueológica y patrimonial. O la reivindicación de lo identitario como el lugar al que debieran regresar los destinos. Una iniciativa audaz, organizada por Fernando Maseda y Manena Juan (EspacioGuia), ha propiciado sin embargo que haya tenido lugar en Canarias esta semana una reflexión colectiva sobre la relación entre ambos mundos, aparentemente incompatibles. Artistas, galeristas y gestores culturales se sentaron junto a arquitectos, urbanistas, técnicos y directivos institucionales, así como periodistas e investigadores turísticos, para “activar, impulsar y consolidar un espacio de diálogo permanente”. Conectar, en definitiva, la industria turística con la capacidad innovadora y transformadora del arte. Con un objetivo: el beneficio mutuo. Una conexión improbable “Del mismo modo que el turismo está tirando de la industria aeronáutica, ¿puede el arte tirar del turismo?”, planteó de entrada Roberto Gómez de la Iglesia, economista especializado en tender puentes entre la cultura y otros sectores. Desde sus Conexiones improbables explora métodos y procesos para innovar y transformar organizaciones y sectores (en este caso el turístico) a través de experiencias artísticas y culturales. ¿Resultado? La interconexión se limita, con carácter general, al patrocinio institucional de acciones culturales o el coleccionismo puntual de empresarios con sensibilidad artística.

También en el campo del marketing y la comunicación se produce un cierto acercamiento bilateral: bolos de artistas en entornos turísticos, una publicación promocional o la aportación de algún artista para “experiencializar” espacios o alojamientos turísticos. Gómez de la Iglesia sostuvo que el campo podría ser aún mucho más amplio y alcanzar a incidir en la gestión de los equipos (habilidades de gestión, relacionales y de liderazgo) o en la innovación del “negocio de la felicidad”. Pero, ¿có- mo compatibilizar lógicas y métodos productivos con lógicas y mé- todos artísticos?”. La realidad es que los ámbitos turístico y artístico no sólo se dan la espalda; a menudo se tratan con desdén y, sobre todo, existe un amplio desconocimiento mutuo, según se puso de manifiesto en las mesas de debate celebradas en el Centro Atlántico de Arte Moderno. De la playa al museo La utilización de los recursos culturales como atractivo turístico tiene, como ejemplo más evidente, la visita a los museos. Museos internacionalizados como el Guggenheim de Bilbao (80% de visitantes foráneos) frente a centros museísticos que, como el propio CAAM, son visitados mayoritariamente por los residentes (el 70%). Aumentar el número de unos y otros es la obsesión de todo gestor, en un país en el que “sólo el 5% de sus ciudadanos presta atención al arte”, según explicó Eloy Fernández Porta. El escritor y Premio Anagrama de Ensayo invitó, además, a reflexionar sobre “cómo romper la distancia entre la playa y el museo”. Sobre todo en una región en que muchos de sus centros de visita cierran cuando aún no se ha puesto el sol. Planteada en otros términos, la cuestión es si un destino vacacional puede ofertar “turismo cultural”. La gerente de Promotur, María Méndez, ofreció a los presentes datos poco alentadores al respecto: “solo el 2,7% de los turistas que llegaron a Canarias en 2015 mencionaron la oferta cultural como una de las motivaciones de su viaje”. Aún así, captar a un mayor número de “turistas culturales” sigue siendo uno de los objetivos de la acción promocional del Gobierno de Canarias, sobre todo en destinos con características de “urbanos”. Como Las Palmas de Gran Canaria o el Puerto de la Cruz, único de los destinos canarios que está reiventándose gracias a una oferta cultural estratégicamente diseñada por el Consorcio de Rehabilitación.

El ejemplo de Málaga, con su proliferación de museos y arte en la calle, rondó por el I Campus Arte-Turismo celebrado, con el respaldo del Instituto de Arte Contemporáneo, en la capital grancanaria y en un taller práctico en Tejeda. Para artistas como Concha Jerez, la culturalización malagueña no es un modelo a seguir. Galardonada con el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2017, cuestionó incluso la capacidad transformadora del arte sobre el turismo y del turismo sobre el arte: “España ha dejado de creer en la cultura y no ha habido movimiento ciudadano que la defienda”. Por ello, abogó por “reflexionar sobre lo que resulta importante no tanto para el turismo como para el residente”. La capacidad integradora de la cultura para mejorar la convivencia entre residentes y visitantes, a través de utilización común de espacios públicos, fue otro de los objetivos que plantearon arquitectos, urbanistas y paisajistas. Del mismo modo que se propuso, como oferta alternativa integradora, la posibilidad de crear un Museo Canario del Turismo. El coordinador de los grupos de discusión, Mariano Santa Ana, avanzó ideas sobre su contenido: “Debería ser un museo crítico, que no solo no oculte las tensiones que provoca el fenó- meno turístico, sino que invite a discutir sobre ellas a turistas y nativos. Un museo que muestre a los visitantes la cultura de los residentes, pero también a los residentes la cultura de los visitantes”.

La integración de lo local y lo global; el papel del turismo en la internacionalización de las Islas; su potencial para conectarse a África (5% de turistas frente al 1,2% que representa el archipiélago, según los datos globales) a través de bienales u otras iniciativas culturales, fueron también objeto del debate de este I Campus Arte-Turismo. Encuentro en el que se lanzó una pregunta: ¿Qué le pide en realidad la Cultura al Turismo? Y se avanzó una respuesta: “La posibilidad de establecer vías de colaboración, sin caer en la banalización”.

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