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El presidente territorial de la Delegación Asturiana del IAC Luis Feás, exige una Consejería de Cultura que fomente el arte

"La recuperación de la Consejería de Cultura será inútil si no gestiona al menos el 2% del presupuesto general del Principado de Asturias y no acoge una Dirección General de Fomento de la Creatividad Artística".

Desde la delegación en Asturias del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) y la Asociación de las Artes Visuales de Asturias (AAVA) queremos celebrar la noticia de que el nuevo gobierno asturiano presidido por Adrián Barbón haya recuperado en su organigrama la Consejería de Cultura. Es una iniciativa de la que nos alegramos, pues se trata de una de las principales reivindicaciones que hacíamos antes de las elecciones del pasado mes de mayo.

El documento recogía diez de nuestras reclamaciones históricas que no han sido atendidas hasta la fecha y que consideramos imprescindibles para la supervivencia del arte contemporáneo en Asturias, como por ejemplo el restablecimiento de esa Consejería de Cultura, aunque vaya unida a Política Llingüística y Turismo. Sin embargo, señalábamos que su recuperación sería inútil si no gestiona al menos el 2% del presupuesto general del Principado de Asturias, como en 2011. Sólo de esta manera será posible atender a nuestra demanda de una atención acorde a la importancia del sector del arte contemporáneo en Asturias, que concierne a artistas, comisarios de exposiciones, jurados, críticos, teóricos e historiadores, educadores, gestores culturales, mediadores, galeristas y trabajadores de museos, centros o instituciones.

En este sentido denunciábamos la infradotación de los grandes centros culturales asturianos, como el Museo de Bellas Artes de Asturias, con un presupuesto recortado a menos del 50% del que tenía en 2009, lo que afecta a sus necesidades de personal y sus recursos para sus actividades cotidianas. O la Sala Borrón de Oviedo, que no cuenta con los suficientes recursos como para que la producción de las exposiciones individuales que allí se realizan no tengan que costearlas los jóvenes artistas. Para estos centros pedíamos además transparencia y la definitiva implantación de las buenas prácticas, lo que por supuesto incluye la Ley de Igualdad y honorarios adecuados.

Si se nos replica como siempre diciendo que no hay dinero, bastaría con recordar que el Gobierno asturiano viene renunciando desde 2013 al 1% cultural al que obliga la Ley 1/2001, de 6 de marzo, de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias, que afecta a “toda obra pública” realizada por la Administración. En 2009 fue una cantidad importante, 1.667.100 euros. Su completa desaparición ha supuesto por ejemplo que el Museo de Bellas Artes de Asturias carezca desde entonces de cantidades destinadas a la adquisición de obras, ya que sus fondos se nutrían básicamente de esa partida.

En cuanto al 1,5% cultural del Gobierno central, gestionado por los Ministerios de Fomento y Cultura, al Principado de Asturias se le adjudicaron el año pasado 1,1 millones de euros, destinados a actuaciones en algunos casos polémicas, como la que afecta al castro del Chao Samartín.

Además, estas actuaciones están dedicadas exclusivamente a la conservación del patrimonio y no a la creación de nuevo patrimonio, como establece la ley. Por eso pedíamos la reorientación del porcentaje cultural, para que se destine también a la adquisición de bienes culturales, exposiciones, publicaciones y al fomento de la creatividad artística, o, lo que es lo mismo, a la adquisición de obras de autores vivos o encargos a éstos para que realicen obras, conforme a los criterios establecidos en 2005 por la correspondiente Comisión Interministerial. Como desde las asociaciones profesionales de arte contemporáneo reclamamos que se dedique al menos el 20% de la partida a la creación de este nuevo patrimonio, esto hubiera supuesto para Asturias más de 200.000 euros en 2018.

Y recordamos que la aplicación del porcentaje cultural está considerada por la ley “una inversión de carácter extraordinario” que no podrá formar parte de las consignaciones o partidas del ejercicio presupuestario destinadas a la investigación, protección y fomento del patrimonio cultural y de la creatividad artística, por lo que su recuperación y reorientación serviría para incrementar los recursos sin costes adicionales.

A este respecto, tendría sentido añadir una reivindicación más, como es la recuperación dentro del organigrama de la Consejería de Cultura de la Dirección General de Promoción Cultural, ahora rebajada a Servicio, o, mejor aún, la creación de una nueva Dirección General, la de Fomento de la Creatividad Artística, acorde con las necesidades de tantos hombres y mujeres que han decidido hacer de esta difícil profesión su forma de vida, como bien conoce la nueva consejera.