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"Opera omnia" de Tamara Norniella, dentro del Programa de Jóvenes Artistas Plásticos del Principado de Asturias

 

La Directora General del Instituto Asturiano de la Mujer y Políticas de Juventud, Almudena Cueto, inaugura la exposición Opera omnia de Tamara Norniella, dentro del Programa de Jóvenes Artistas Plásticos del Principado de Asturias. 

 

 

Tamara Norniella (Oviedo, 1986). Artista multidisciplinar centrada en el cuerpo y la identidad. Licenciada en Arte Dramático por la Escuela Superior de Arte Dramático de Asturias en 2009, Máster de Arte  Contemporáneo en la Facultad de BB.AA. de Pontevedra, Universidad de Vigo en 2013. Ha completado su formación realizando diversos cursos de realización cinematográfica en  GONA y de arte actual  en la Asociación Artístico-Cultural MARBAS coordinada por Jaime Rodríguez. Su trayectoria artística comienza a partir del 2010 participando en varios encuentros y exposiciones colectivas en varias galerías e instituciones públicas. Su obra ha sido seleccionada en el Certamen de Pintura” Nicanor Piñole”, en el CNAL, y en la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias en 2013 y 2016.  En el año 2013 realizó su primera exposición individual, Flayed Identity, en la Galería Texu de Oviedo.

 

Para Luis Feás, critico de arte y comisario de esta exposición:.” Tamara Norniella se deja literalmente la piel en lo que hace. Sea como soprano de ópera, como actriz dramática o como artista de la acción y del gesto, hace bandera de su identidad y se cuela en todo lo que proyecta y ejecuta, tanto propio como ajeno, pautado o improvisado, con un arrojo que sorprende en alguien de su juventud. Licenciada en Arte Dramático por la Escuela Superior del Principado de Asturias y con un máster de Arte Contemporáneo en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, el cuerpo suele ser la base de su trabajo y en su ficción se nos muestra como una mártir desollada, en la que todo es deseo y tormento, éxtasis y gloria, según se aprecia en las cinco series que presenta en su primera exposición individual en la Sala Borrón de Oviedo.

 

Los jurados siempre han destacado la rápida y certera evolución del trabajo de Tamara Norniella, que en apenas seis años, desde 2012, ha conseguido multiplicar los efectos sin perder la coherencia, algo que se percibe con claridad cuando se puede vislumbrar junta su obra completa, como es el caso. Ya en su primera serie, La dolce vita, iniciaba el proceso de erotización visual, buscando desenredar, en dibujos sobre las páginas de un libro, los hilos diversos de los impulsos amorosos. En la siguiente, Flayed identity, de 2013, que se pudo ver en la XXIV Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias, documentaba, en un vídeo y varias fotografías, una acción en la que la piel desfoliada o mudada se convertía en la principal seña de identidad.

De 2013 y 2014 es La dislocación del yo, serie gráfica de rostros asaeteados e intervenidos con restos corporales, en la que por primera vez reutilizaba plásticamente la piel de su acción anterior. Por su parte, en Proyecto Específico de Identidad (PEI), realizada entre 2015 y 2016, esa misma piel servía para incorporar un significado nada superficial, en una reflexión ya enteramente pictórica que iba más allá de su propio cuerpo. La serie, seleccionada en la XXVII Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias, indagaba en el miedo, el caos o la ansiedad a través de metáforas visuales, para, siempre a partir del collage, realizar una propuesta identitaria basada en las construcciones de la psique y sus mecanismos de defensa como la sublimación, la represión, la negación o el aislamiento, entre otros.

De 2017 es la serie más reciente, agrupada bajo el título Yo no soy yo, en la que Tamara Norniella refuerza los componentes plásticos y pictóricos de su trabajo y cuya principal novedad es la incorporación del color, bien matizado y preciosista. Su vistosidad no debe hacernos perder la noción de que también trata, como el resto de su producción, de agonías y desgarros, presencias y ausencias, dolencias femeninas e inconsciencia colectiva, en un ejercicio traslúcido en el que como siempre la artista asturiana se muestra consecuente con lo que hace, construyendo su yo mediante la catarsis artística”.