ENG

 

Buscar

 

contacto

Contactar con el IAC

Museo Lázaro Galdiano | La fragilidad de aquello que nos habita

 

La fragilidad de aquello que nos habita

El Museo Lázaro Galdiano expone un conjunto de obras inéditas del artista Ricardo Calero realizadas ex profeso en el jardín Parque Florido

 

   Hasta el 15 de enero de 2023. 
  • Entrada gratuita.
  • De martes a domingo, de 10 a 15h. Lunes cerrado.
  • Sala Pardo Bazán. Museo Lázaro Galdiano (Calle Serrano 122. Madrid).

 

 

 

 

Sus obras parecen reflejar estados del alma, paisajes emocionales que se escapan a la mirada desde el eco de la vida que fluye, trascendiendo la materia como trazos de un instante irrepetible y de la fragilidad de aquello que nos habita. "Son obras en las que intento rescatar la esencia del lugar, como grabados de la memoria de aquellas acciones, de los lugares elegidos por sus especiales características y la incidencia de los fenómenos meteorológicos... A veces me quedo sin nada, lo pierdo, como una vida que se me ha escabullido, como esos compañeros de viaje que hemos perdido o están en otro lugar, o esas hojas que se ha llevado el aire", expresa Ricardo Calero. Un artista que podría calificarse como "poeta de arte, materia y concepto" que el Museo Lázaro Galdiano expone hasta el 15 de enero (sala Pardo Bazán) en una muestra única formada por un conjunto de obras inéditas sobre el paso del tiempo y la influencia en lo corpóreo. "Papeles" que realizó en el jardín del Museo en el transcurso de las cuatro estaciones, entre los años 2019 y 2020, y que recogen el ADN de la naturaleza acuciada por la climatología y los fenómenos atmosféricos, en una analogía con la propia existencia del ser humano.  

Natura_Tiempo y Memoria aborda el nuevo trabajo de Calero en relación a su 'Natural exterior. Diálogos con la Natura', concepto con el que se refiere a obras e intervenciones sobre lugares concretos, usualmente al aire libre. Un momento único salvado del tiempo y de lo invisible que partió de un paseo por el Jardín Parque Florido del Museo y de la contemplación del almez (Celtis australis), uno de los árboles de hoja caduca, y de colores en continua transformación, más longevos y bellos que alberga. "En el Museo hay obras extraordinarias, pero en ese mes de otoño de 2018 era el jardín el que me hacía sentir algo muy especial, no solo por el valor artístico que tiene, sino también por la emoción que me inspiraba esa pequeña e histórica reserva natural", confiesa. Emociones que se convirtieron en un diálogo con la naturaleza del lugar y en un proyecto artístico posterior "sobre la impermanencia de las cosas y de la vida", admite. 

Lee aquí la información completa