ENG

 

Buscar

 

contacto

Contactar con el IAC

Galería Caicoya: Carlos Coronas en la Fábrica de Armas de la Vega | Oviedo

Galería Caicoya

En esta exposición, la instalación "site-specific" de Carlos Coronas con el título Sistemas de producción/Babel, es una obra creada ex profeso para un lugar emblemático de Oviedo como es la antigua Fábrica de Armas de la Vega.
 
La obra reflexiona sobre las condiciones laborales poniendo en relación realidades propias de la producción industrial muy distantes en el tiempo.

Las piezas superponen fotografías de armas de juguete fabricadas en China e imágenes de los trabajadores que las fabrican junto a reproducciones de las expresiones y palabras que aún pueden verse pintadas en los muros de la Fábrica de la Vega que alentaban y enaltecían el valor del trabajo colectivo, organizado, rutinario, independientemente del producto fruto de ese trabajo.
 
Lemas como "el trabajo es un honor", "justicia", "El trabajo es la suprema virtud", "Obediencia", "Orden"... presidían la actividad fabril desde los muros de las salas, siempre presentes a los ojos de los obreros, envolviendo en nobles ideales la meticulosa elaboración de piezas de fusiles, bombas, pistolas... que nutrieron durante décadas las necesidades bélicas de conflictos armados en toda la geografía mundial.

Babel es el nombre hebreo por el que se conoce a la ciudad mesopotámica de Babilonia. Según el Génesis, se llevó a cabo un intento inútil de construir una torre de altura suficiente para alcanzar el cielo. Dios, al ver que las personas trabajaban juntas con ese objetivo, tomó la decisión de confundirlas y creo las distintas lenguas.

La torre es una forma de edificación que toma la vertical como definición. Se corresponde al simbolismo ascensional primordialmente y tiene un significado de escala entre la tierra y el cielo... Y la Torre de Babel, representada aquí mediante una construcción ejecutada con las cajas que contenían las distintas piezas y herramientas necesarias para el montaje de las armas que se fabricaban en la Vega, simboliza la empresa quimérica, que conduce al fracaso y al desconcierto, al desorden o al desbarajuste.