Galería Álvaro Alcázar | Exposición Antonio Murado | Ribadeo, 1-15 agosto
La Galería Álvaro Alcázar te invita a la exposición monográfica de Antonio Murado en el Real Club Náutico de Ribadeo, Lugo, de los días 1- 15 de agosto.
Su comisario, Álvaro Alcázar ha seleccionado una treintena de tablas realizadas en los últimos meses que representan pétalos de flores y que, a modo de iconos, apoyan sobre las paredes del Club Náutico, creando una suerte de "galería de iconos".
El conjunto de las tablas presentadas son la muestra de la nueva etapa artística en la que Murado está trabajando y que presentó hace pocos meses en Santiago de Compostela. En ellas se aúnan dos ideas, por un lado introduce el concepto de icono bizantino, por otro rescata la serie botánica, iniciada en los años 90, que es una de las series más conocidas en su extensa trayectoria. Se trata de pequeñas tablas de en torno a los 35 cm de altura en cuyo interior se disponen pétalos y flores en reservas. La idea de icono viene precisamente, por su pequeño tamaño y por la disposición de las flores y el lugar que ocupan en el espacio. Su cómodo tamaño las hacen ideales para poder transportarlas de un lugar a otro con facilidad.
Estas pequeñas “tablas devocionales” que presenta Murado cambian la figuración religiosa propia del icono por grandes pétalos o flores en su interior, dispuestas en una reserva blanca, variable en proporciones. Esta temática nos lleva directamente a los años 90, momento en que Murado, guiado por su afán de experimentación técnica, se inició en la iconografía botánica. Si bien no es el tema en sí lo que interesa al artista realmente, sino la propia técnica y el comportamiento de los materiales empleados. Murado emplea aquí la técnica del soplado, fórmula a la llegó casi por azar, experimentando con la densidad del óleo y soplando en una sola dirección. El resultado fue el que aquí vemos, formas que nos remiten a pétalos que parecen flotar sobre fondos semitransparentes, creando una pintura, donde, como él ha señalado en alguna ocasión “todo es abstracto y figurativo a la vez”.
Con todo ello vemos como Murado reinterpreta el concepto de icono. Las obras expuestas, aunque pequeñas en tamaño, encierran un simbolismo que trasciende su apariencia y al igual que los iconos bizantinos, estas tablas devocionales invitan a la contemplación. La exposición no solo destaca la habilidad técnica de Murado, sino también su capacidad para reinventar y renovar su propio lenguaje visual. Al rescatar la iconografía botánica de los años 90 y fusionarla con la estética y el concepto de los iconos, el artista nos ofrece una visión contemporánea y personal. En definitiva, las tablas de Antonio Murado no solo son transportables en el sentido físico, sino también en su capacidad para llevarnos a un viaje introspectivo, donde la técnica, la tradición y la innovación se encuentran.
Antonio Murado, Lugo (España), 1964
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, desde muy pronto capta la atención del sector artístico nacional haciéndose con el protagonismo de distintos certámenes y muestras. Fue precisamente en 1995, con la obtención de la Beca de Creación Artística en el Extranjero Unión Fenosa · MACUF, que disfruta de una estancia en NuevaYork, ciudad en la que se instalará definitivamente.
Considerado por la crítica especializada como uno de los pintores españoles de mayor proyección internacional, su proyecto artístico ha sido objeto de numerosas exposiciones individuales en instituciones de países como Alemania, Canadá o Estados Unidos.
Virtuoso de la técnica, aplica el color, barnices y disolventes en ligeras veladuras de apariencia líquida con las que consigue trasladarnos a espacios íntimos entre la abstracción y lo figurativo. Murado nos sitúa así en un espacio sensorial que nos invita tanto el deleite estético como a la reflexión intelectual. En su búsqueda Murado se cuestiona los límites del tiempo, ya que de la superposición de capas pictóricas surge un efecto tridimensional muy evocador que pareciera describir pasado y presente.
También se plantea los límites del espacio, pues a través de la fragmentación pretende alcanzar la totalidad. A lo largo de su trayectoria ha creado un vocabulario muy personal en el que encontramos marañas, paisajes helados, olas, pétalos, redes, pizarras... Todo ello representado con delicadeza y refinamiento extremos.
Más información galeriaalvaroalcazar.com