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Galería Adora Calvo presenta "Pero yo...sigo...caminando" de Antonio Almaraz

Pero yo...sigo...caminando
[una deriva de la variable humana y la estructura subyacente]:
de
Antonio Almaraz

Inauguración: 22 enero - 12:30h


VARIACIONES Y PREGUNTAS SOBRE UN MISMO TEMA
 
     Si algo caracteriza la vida de Antonio Almaraz es la fidelidad absoluta a sí mismo; y otro tanto ocurre con su obra artística. Dicho así parece sencillo, pero lo elemental suele ser lo más difícil; sobre todo si tenemos en cuenta la multitud de ideas que percibimos en nuestro entorno y que hacen casi imposible que no nos desviemos del camino.
     Lo poco dicho hasta ahora no se trata de una visión personal más o menos acertada sobre la obra de Almaraz, al contrario. Se puede encontrar en buena parte de sus escritos, que, aunque breves y susceptibles de aportar más detalles, ponen de manifiesto su posición frente al arte, que no es otra que la misma temática llevada a cabo con técnicas y materiales distintos; y, por encima de todo, o, mejor dicho, por debajo de todo, la estructura que no se advierte, pero que ordena lo de fuera. Temática y técnica puestas al servicio de los materiales.
     De esto y otras cosas habla Almaraz en La variable humana y la estructura subyacente, un texto intenso y emotivo donde contrapone a su realidad otra más fragmentada y menos duradera; o lo que es lo mismo: una frontera entre consonancias y disonancias, entre una composición musical clásica que se sostiene sobre los acordes de tónica y dominante para conseguir un armazón sólido, y otra dodecafónica que persigue todo lo contrario y abre una puerta a la división de la forma, como antes lo hicieron los cubistas a través de formas geométricas, los impresionistas al separar las pinceladas o Ludwig van Beethoven al componer sus ciclos de variaciones sobre el mismo tema, algo que no era nuevo, pero que en sus piezas alcanzó cotas de genialidad solo comparables a las de Johann S. Bach.
     Tanto Bach en las 30 Variaciones Goldberg, como Beethoven en las 33 Variaciones Diabelli, modificaron el tema principal desde planteamientos muy diferentes. Bach siempre tuvo presente el Aria o tema principal, y ninguna variación de las 30 consigue plena autonomía. Beethoven, sin embargo, se olvidó del vals o tema principal, y algunas variaciones logran total libertad; aunque lo más sorprendente es que realizó variaciones sobre variaciones. Lo nunca visto.
     Sería un error pensar que Beethoven actuó así para desacreditar la tradición, cuando únicamente pretendía reemplazar el valor unitario que había tenido el arte hasta ese momento; y lo hacía abriendo una puerta que, a través de un largo pasillo, desembocaría en la desarticulación de todas las manifestaciones artísticas, sobre todo en el siglo XX.
     Aunque alejado en el tiempo y sin pretender hacer comparaciones, eso es obvio, el ejemplo de las Variaciones Diabelli tiene algo que ver con el citado texto de Almaraz, y pone de manifiesto que las variaciones sobre el mismo tema en cualquier manifestación artística, ha sido y es una constante en los artistas de todos los tiempos, y que lo difícil es encontrar un tema principal que permita agotar todas sus posibilidades estilísticas a través de técnicas y materiales diferentes.
     No cabe terminar sin decir que Antonio Almaraz ha encontrado en la duda su aria o vals. La incertidumbre como tema principal para reflejar la incapacidad del ser humano para afrontar el desasosiego provocado por sus propios fantasmas, que preguntan una y otra vez por el sentido de las cosas. Esta nueva exposición, como ocurría con las anteriores, contiene las respuestas a sus preguntas, siempre las mismas.
   Pero yo...sigo...caminando [una deriva de la variable humana y la estructura subyacente], es también, como su propio título indica, una serie de paisajes, de itinerarios personales repetidos una y otra vez. Tan iguales y, sin embargo, tan distintos a la vez.
 
                                                                                                     Ignacio Guerra Núñez